lunes, 17 de octubre de 2011

DIA DE LA LEALTAD

17 de octubre
POR LA IGUALDAD
Como trabajadores sabemos que la conmemoración del 17 de octubre de 1945 excede los
estrechos marcos de un partido político. Entonces, ante la prisión de Juan Domingo Perón,
quien al frente de la Secretaría de Trabajo hizo efectivos importantes derechos laborales, y la
amenaza de un retroceso en cuanto a su vigencia, una huelga general de la CGT, acompañada
por una fenomenal movilización popular, lo liberó y consolidó el protagonismo de los trabajadores
en el debate de las grandes cuestiones nacionales.
Luego, las elecciones de febrero de 1946 ratificaron ese rumbo: la justicia social comenzó a ser
realidad en un marco de crecimiento económico e integración nacional. Destacados dirigentes del
Movimiento Obrero fueron Ministros, legisladores e intendentes. Fue en ese proceso en el que la
mujer argentina alcanzó, con el voto femenino, la vigencia plena de sus derechos políticos. Los
bancarios obtuvimos la jornada laboral de 7,30 hs., la reglamentación de la denominada ley de
estabilidad y carrera bancaria, la discusión en paritarias de nuestros salarios, garantías para el
desarrollo de las actividades gremiales en los lugares de trabajo, participación en la dirección de
los bancos públicos y la constitución de nuestros servicios sociales con el respaldo de una
contribución sobre las comisiones e intereses bancarios.
Ese gobierno nacionalizó el Banco Central y los depósitos. El sistema financiero constituyó, así,
un servicio público, regulado para garantizar el crédito imprescindible para el fomento de la
producción nacional y vivienda para las familias, con un objetivo claro: promover una economía
de pleno empleo.
El camino hacia la Democracia real, es decir hacia la igualdad, fue salvajemente interrumpido por
un golpe de Estado en 1955, facilitado por estériles divisiones que no debieron haber existido.
Luego, salvo en breves períodos de gobiernos constitucionales, y hasta 2003, predominaron
políticas de ajuste contrarias al interés nacional y popular; no sólo durante salvajes dictaduras,
sino también durante gobiernos surgidos de elecciones libres que –sin importar su pertenencia a
partidos populares- traicionaron el mandato ciudadano. Como consecuencia, en el 2001, hace ya
diez años, nuestro país quebró.
Los bancarios no escapamos a la suerte del Pueblo que integramos. Desde 1955 a 2003,
intervinieron 3 veces la Asociación Bancaria; despidieron no menos de diez mil bancarios por
causas gremiales y políticas; muchos de sus dirigentes fueron presos de las dictaduras; más de
300 bancarios son detenidos desaparecidos. Nos despojaron de nuestra Caja de Jubilaciones.
Desde 1977 a 2002 se destruyeron más de 70.000 puestos laborales y un número superior de
bancarios perdió su trabajo. Martínez de Hoz desreguló el sistema financiero para promover la
valorización especulativa del capital y suspendió la vigencia de nuestro Convenio Colectivo. La
Dictadura primero y luego un veto presidencial, nos despojó de la ley de estabilidad y carrera
bancaria. En los 90 un decreto inconstitucional del Poder Ejecutivo liquidó nuestro Instituto de
Servicios Sociales Bancarios y nos privó ilegalmente del aporte sobre intereses y comisiones
con destino a nuestros servicios sociales. Se privatizaron o liquidaron la mayoría de los bancos
provinciales, la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, la gestión del Banco Hipotecario, y se liquidó
el Banco de Desarrollo; fueron liquidados decenas de bancos privados y cooperativos. Nu

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